Vivimos una jornada llena de emoción, en la que despedimos a nuestros futuros egresados como se merecían: con música, sonrisas y el cariño de toda la Scuola.
En su recorrido por el campus, los chicos volvieron a transitar esos espacios que los vieron crecer, mientras alumnos de todos los niveles y colaboradores los recibieron con aplausos.
Fue un momento que marcó el cierre de una etapa… y el inicio de muchas otras.
Porque donde sea que vayan, la Scuola siempre será un lugar al que podrán volver.
Y como dijeron ustedes “Lo difícil no fue llegar, es tener que irnos“
